La discusión sobre el regreso a las escuelas en pandemia se trazó con la tiza política. Mientras en el recreo miramos como una novela lo que sucede en CABA -como siempre-, en Córdoba el gobernador cantó “pri” para anunciar el retorno presencial, aunque sin seguridad de que jueguen la infraestructura, la higiene, las vacunas y las suplencias.
*Laureano (39) es docente de música de nivel primario y medio. Trabaja en Río Cuarto y Vicuña Mackenna. Ah, también es Delegado Departamental de UEPC.
El regreso a las clases presenciales es, desde hace meses, uno de los temas predominantes en la agenda mediática, a tal punto que ha generado un ruidoso debate social a lo largo y a lo ancho del país. En nuestra provincia, esta discusión estuvo influenciada por la disputa que se da actualmente en la Ciudad de Buenos Aires y que está signada por intereses electorales y no tanto educativos.
Veamos: El gobierno de Larreta ha decidido construir una arista importante de su discurso en la necesidad de la vuelta a las aulas como único medio posible para que los niños, niñas y adolescentes puedan realizar sus trayectorias escolares. Esto es cuanto menos contradictorio, sobre todo si tenemos en cuenta la importancia que le dio el macrismo a la educación en sus años de gestión nacional. El crecimiento de la deserción escolar y la repitencia, al compás de la desinversión educativa, dan cuenta de ello.
Pero bien, lamentablemente, como ya sabemos, en política no siempre importa lo que se hace sino lo que se dice y cómo se dice. Y en ese sentido, los dirigentes del PRO han logrado montar un discurso que es eficiente, a pesar de basarse en consignas demagógicas y falaces.
A tal punto es eficiente que los medios cordobeses abordaron el tema con la lógica porteña. Pero aquí, huelga decirlo, vivimos una realidad completamente diferente a la de Buenos Aires. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el retorno a las aulas se ha convertido en una disputa partidaria electoral en la cual se observan, a grandes rasgos, tres actores:
- el gobierno nacional, con un tecnócrata a cargo de la Cartera de Educación que no puede resolver el desafío que se le ha presentado en esta crisis generada por la pandemia. Para colmo de males, Adriana Puigróss, gran referente en el ámbito de la pedagogía y quien era la Secretaria de Educación, decidió dar un paso al costado en agosto del año pasado.
- los sindicatos (UTE y Ademys los más importantes). Ademys es una organización de izquierda con un peso importante dentro de CABA, mientras que UTE (sindicato de base de Ctera) está alineado al gobierno nacional y enfrentado con el gobierno de Larreta por diferencias que exceden al ámbito educativo.
- el gobierno de CABA, con el jefe de Gobierno Larreta y la Ministra de Educación Acuña que, con evidente intención de proyectarse a nivel nacional, aprovechan esta pantomima con clara intención de generar empatía con su base electoral.
Esta radiografía, que nos permite entender el conflicto en Buenos Aires, no puede extrapolarse a Córdoba.
En primer lugar, aquí no hay disputa entre el gobierno nacional y provincial. El gobierno de Schiaretti, que navega con soltura en las confusas aguas del cordobesismo, dialoga con peronistas, kirchneristas y macristas por igual.
Por otro lado, no existen tensiones insalvables entre el sindicato y Schiaretti. UEPC (sindicato de base de Ctera en la provincia y única organización de trabajadores docentes con peso en la política real) tiene buen diálogo con el gobierno y hay entre ellos más coincidencias que diferencias.
En tercer lugar, el gobierno de Hacemos por Córdoba es el único espacio político de Córdoba capaz de marcar agenda real. Esto no es un dato menor. Con el gobierno nacional atento más que nada a lo que sucede en Buenos Aires y Conurbano, y con una oposición provincial rota, Schiaretti tiene margen político para tomar las decisiones que crea convenientes
En tal sentido, el 18 de enero, el gobernador de la provincia de Córdoba creyó conveniente anunciar de manera intempestiva e inconsulta que habría clases presenciales en el 2021.
Daría la sensación que esta decisión fue tomada para ganar terreno en la agenda política nacional y que no hubo genuino interés en las necesidades educativas provinciales.
[share_quote quote=”El gobernador creyó conveniente anunciar que habría clases presenciales, pero daría la sensación que esta decisión fue para ganar terreno en la agenda política nacional y no por interés en las necesidades educativas provinciales”]
Antes de hacer este anuncio no hubo instancias previas de diálogo con sectores que podrían haber ayudado al diseño de protocolos, tales como los sindicatos o referentes del COE. En definitiva, el gobernador prometió el regreso a clases, pero sin brindar demasiados detalles sobre el cumplimiento de medidas de bioseguridad indispensables para reducir al máximo el riesgo de contagio de un virus que aún no ha logrado ser contenido. Solo atinó a decir que habría un “sistema combinado: presencial y virtual”. Esto, huelga decirlo, redundará en más trabajo para lxs docentes, que deberán atender a sus estudiantes en el aula para luego regresar a sus casas y conectarse con el resto de manera virtual. Porque, claro está, si nos atenemos a los antecedentes del año pasado, no podemos asegurar que el ministerio de Educación de la Provincia vaya a nombrar suplentes, ni mucho menos aún generar nuevos cargos para morigerar este peso laboral.
El gobernador también anticipó en aquella oportunidad que lxs docentes serían considerados un sector prioritario a la hora de recibir la vacuna, junto con las fuerzas de seguridad y lxs trabajadores de la salud. A juzgar por la lentitud en el suministro de vacunas, es difícil suponer que lxs trabajadorxs de la educación estemos inmunizados contra el Covid antes de iniciar el ciclo lectivo.
De todos modos, la intención de comenzar las clases fue ratificada por el gobernador en la apertura de sesiones en la unicameral, anunciando que avanzó en el diálogo con los gremios en el retorno a clases. Hasta ahora, hay poca información oficial sobre encuentros entre UEPC y gobierno, y todo lo que se diga, aunque lo diga el propio gobierno, no dejan de ser rumores. El problema radica en que, a menos de dos semanas de volver al colegio y con una pandemia dando vueltas, no podemos planificar un regreso serio y responsable a las aulas basándonos solo en rumores.
¿Qué dice la dirigencia de UEPC respecto del regreso a clases? Zulma Miretti, secretaria general adjunta del sindicato, se mostró a favor del regreso porque entiende que “la escuela es un ordenador social para las familias”. Si bien es cierto lo que manifiesta la sindicalista, tal vez no sea apropiado concebir a la escuela de este modo. En este caso, y, antes que nada, es una institución con un rol vinculado a la alfabetización y formación de niños, niñas y adolescentes. Si eventualmente la escuela adquirió importancia en tanto institución organizadora de la sociedad lo hizo debido a su rol primigenio y fundamental. Es importante que lxs educadorxs recordemos que el rol primordial de la escuela es alfabetizar y no organizar la sociedad.
Esto no significa ignorar que a las familias se les complica sobrellevar un calendario ordenado si no hay escuelas, pero no es una situación que deban resolver les docentes.
Miretti también aclaró que “el Estado va a tener que poner muchos recursos, no solo en insumos, sino también humanos. En 2020 no todas las vacantes fueron cubiertas. Hay dudas sobre si los docentes que den clases virtuales y presenciales van a ser los mismos, por ejemplo”.
El propio Juan Monserrat, secretario general de UEPC, se mostró a favor de esta decisión del gobierno, aunque marcando que dependerá de las condiciones de las escuelas, la disponibilidad de los recursos de bioseguridad y la realidad sanitaria de cada lugar.
Como se puede apreciar, existe cierto consenso entre el gobierno y el sindicato para retomar las clases presenciales, aunque es lógico que lxs dirigentxs que representan a les trabajadores marquen ciertas reservas acerca de la manera en que este regreso a las aulas se llevará a cabo.
Entonces, si la intención es comenzar con el peligro de un posible rebrote a la vuelta de la esquina y sin estar aún inmunizades, hay requisitos mínimos que nuestras escuelas deberán cumplir para poder proteger a alumnxs, docentxs, familias y demás trabajadorxs que transitan los pasillos de las escuelas de nuestra provincia. Todo esto es muy difícil de pretender en centros educativos que a veces ni siquiera tienen agua. Respecto de la limpieza de los establecimientos, que deberá ser exhaustiva, hay que dejar en claro que no se le puede exigir al personal de limpieza (un sector tercerizado de trabajadorxs y que percibe magros ingresos) que mantenga las escuelas permanentemente higienizadas, porque eso se parecería bastante a la explotación laboral. Se necesitan más trabajadoxs y con mejores salarios. En este link se puede profundizar un poco en estos aspectos relacionados a la infraestructura e higiene de los establecimientos escolares.
El mes de febrero ya está en marcha y el retorno a clases cada vez mas cerca (de hecho, en algunos colegios ya se puso en marcha el “Programa Acompañar: Puentes de Igualdad”). Y a partir del 17 se sumarán les alumnes de sexto grado de la primaria y sexto año de la secundaria del año pasado, para poder dar de algún modo un cierre al ciclo lectivo 2020. Hasta ahora, solo tenemos un borrador de protocolo que podría servir como una guía rectora para el funcionamiento de los centros educativos, pero no mucho más que eso.
¿Entonces, a pocos días del inicio decretado por el gobierno, que es lo que haría falta?
En primer lugar, el ministerio de Educación deberá sincerarse y aceptar que hay escuelas que no están preparadas ediliciamente para afrontar este desafío. De hecho, ya era todo un reto dar clases en algunos colegios en períodos pre pandemia. Lxs estudiantes de esas instituciones deberán seguir aprendiendo de manera remota hasta que la población de esos colegios esté inmunizada.
En segundo lugar, asegurarse de que las escuelas que puedan afrontar este desafío, porque su infraestructura así lo permite, tengan los insumos necesarios. Quizá antes del 2020 nos habíamos acostumbrado a dar clases sin agua y sin jabón, pero hoy eso no será posible. También los centros educativos deberán tener reservas de alcohol, barbijos, guantes, y elementos sanitizantes. El gobierno deberá ver de qué manera hace llegar estos elementos a las instituciones. En ese sentido, también será necesario pensar en el rol del gobierno nacional, que deberá hacer llegar las partidas presupuestarias necesarias para que las escuelas de todo el país estén preparadas para el regreso.
En tercer lugar, si se implementa la modalidad combinada, el gobierno deberá asegurarse de nombrar a todxs lxs suplentes necesarios para no recargar a lxs titulares con otros cursos. También deberá nombrar, al menos por este año, nuevos cargos para aligerar la sobrecarga laboral que significará trabajar en modelos combinados. Además deberá resolver de qué manera abordar esta modalidad para llegar a los sectores más vulnerabilizados de la sociedad.
Cuarto: nombrar más personal de limpieza en las escuelas.
Quinto: cumplir lo prometido y priorizar a lxs docentes en el calendario de vacunación.
Sexto: exceptuar de la asistencia a las aulas a lxs docentes que pertenecen al grupo de riesgo o que conviven con personas en grupo de riesgo. Ellxs deberán seguir trabajando desde sus hogares hasta que estén inmunizadxs (esto puede tardar hasta 15 días después de recibir la segunda dosis, según algunos especialistas).
Séptimo: el Estado deberá asegurarse de que existan la cantidad suficiente de transportes urbanos e interurbanos que permitan a les docentes trasladarse en ambientes que no favorezcan el contagio de Covid.
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Finalmente, es vital que lxs docentes cobren un salario acorde a su esfuerzo y dedicación profesional. El año pasado fueron lxs educadores quienes sostuvieron el sistema educativo, y actualmente cobran un salario inicial que no alcanza para cubrir una canasta básica. También es necesario recordar que de las últimas cinco negociaciones paritarias lxs trabajadores de la educación perdieron contra la inflación en cuatro oportunidades. Además, en 2020 lxs docentes cubrieron de sus bolsillos el costo que les significó la conectividad. Esto tampoco puede volver a pasar. La conectividad debe ser cubierta por el Estado.
Si alguno de estos puntos no se cumple, lxs docentes deberán organizarse a través de las instancias sindicales para mostrar fortaleza, de lo contrario, se seguirán avasallando sus derechos año tras año. Y ya no se lucha solo por un salario digno. Ahora también luchamos por defender nuestras vidas, las de nuestras familias y la de las familias de nuestrxs estudiantes.
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