Metalenguaje: es el lenguaje que se usa para hablar acerca de otro lenguaje.
La comunicación es expresión corporal a través de todos nuestros sentidos, no sólo el verbal. Al dolor lo emanamos por todo nuestro cuerpo y hacemos que trascienda en otres. La violencia, a veces, es silenciosa y, otras, a gritos y patadas. Siempre deja huellas.
La opresión -en el pecho- que recibimos por el sólo hecho de ser mujeres, ya sea por “nacer” con genitales “femeninos” o por identificarnos bajo este género, no se comenta en lenguaje común.
Es fácil teorizar nuestro dolor: las estructuras sociales, culturales y económicas avalan la ideología patriarcal que rige en nuestra cotidianidad. ¿Pero qué significan estas palabras para nosotras si tenemos que acallar situaciones violentas? ¿De qué nos sirven números y estadísticas si nuestro dolor por la humillación y degradación que nos han hecho sufrir -por existir bajo ciertas condiciones- nos quema la piel? ¿De qué sirve esta burocracia verbal si no sanamos mutuamente?
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“No es fácil convivir con el dolor. Uno sigue con su vida, pero este dolor lo tenemos hasta el fin de nuestros días.
No le suelten la mano a la familia, estén con ellos, porque eso te ayuda a seguir: el cariño de la gente y que la justicia escuche.
Lamentablemente en Rio Cuarto los casos no se resuelven. Lo que le pasó a Oriana es terrible porque tienen todo, deben descubrir qué pasó. En esta ciudad les cuesta poder armar la historia. No puede ser que no puedan conocer el final de una persona. ¿Para qué estudian? ¿Para qué se dedican a eso? De Mónica se va a cumplir un año y siete meses y no se sabe quién la asesinó.
Con Oriana todo mi deseo de corazón para que puedan saber qué sucedió. Es lo que necesitamos para poder estar en paz. A nuestra persona nunca más la vamos a poder ver, pero eso te da calma al dolor que uno tiene”.
– Soledad Ordoñez durante la concentración en memoria de Oriana Giannini. Hermana de Mónica Ordoñez, asesinada en 2020.
No se habla del chabón que abusó de nuestra amiga. En el boliche lo vemos, la mira de reojo, se ríe con sus amigos y busca a otra piba, a otra presa. Miramos su sonrisa, nuestra amiga está con la vista en el piso, le tocamos el hombro. Nos corremos de lugar.
“Yo sabía que Nicolás Zabala no servía para nada, la pareja que te aleja de tus familiares, no sirve para nada” me contó la abuela de Oriana, Griselda Ducan en la concentración. Mirándome fijo a los ojos mientras hablaba sobre el asesino de su nieta.
No hablamos de esa amiga que su novio no nos dejó ver más porque éramos “mala influencia”. Fue progresivo. Nunca te dicen desde el principio: “Quiero que las dejes de ver”. Primero empiezan las malas miradas cuando contás que te juntas con ellas. Después te ignora cuando las ves. Empiezan los pequeños comentarios, las frases: “Si yo hiciera esto, vos seguro te volverías loca”. Los gritos. Por último, preferís no verlas más.
“Oriana es sólo un nombre, el día de mañana puede ser cualquiera de ustedes”, expresó el tío de Oriana, Mariano Rechimon, entre lágrimas. Apenas comenzó la concentración repartía globos violetas y azules, los colores preferidos de Ori. Entre lágrimas y canciones del Loco Amato la plaza de la Municipalidad se llenó de colores y mariposas.
Yo no hablo de la vez que un compañero me dijo, entre sonrisas, que lo que me faltaba era que me agarren en un descampado y me violen con una botella de vidrio, que me callase un poco.
“Sólo quiero entender qué pasó. No me sirve que él esté preso. Quiero entender, Nicolás la destruyó en minutos”, confesó la mamá de Oriana, Daniela Rechimon, a los medios.
Yo no hablo de la vez que llame al 144. Ella no habla de la vez que su novio estampó una silla contra la pared. O aquella que le dijeron que solo podía ir a la fiesta si se entregaba.
Nadie habla de Mónica. Nadie cuenta por qué le pasó esto a Oriana. Mónica ya no habla. Oriana ya no habla. Lara ya no habla. No queremos más penas, queremos hablar, que reconstruyan nuestras historias, que las visibilicen y que eduquen para que TODAS podamos expresar el lenguaje (ya no el meta) del dolor. Pongámosle nombre y apellido a cada número, pongamos en nuestras propias palabras nuestro sufrimiento, nos sanemos juntas hermanas.
No serán tus alas, que agites de madrugada,
serás paloma que vuela,
para que nadie te vea, por cosas de mala suerte,
una piedra hirió tus alas,
fuerza paloma no llores,
que el amor se pierde en tus lágrimas,
y al volar…
– ‘Paloma mensajera’ del Loco Amato, cantante favorito de Oriana Gianinni.
[share_quote quote=”Nadie habla de Mónica. Nadie cuenta por qué le pasó esto a Oriana. Mónica ya no habla. Oriana ya no habla. Lara ya no habla. No queremos más penas, queremos hablar, que reconstruyan nuestras historias, que las visibilicen y que eduquen para que TODAS podamos expresar el lenguaje (ya no el meta) del dolor. “]
Fotografías tomadas durante el 8M del 2022 por Sofía D´Andrea, Lourdes Amaya y Camila Petenatti