Álvaro tenía 16 años cuando fue asesinado por la policía la madrugada del 8 de febrero de 2013. A ocho años del crimen Santi entrevista a Sandra Sarandon, su mamá, que sigue pidiendo justicia por él y todxs les pibis que nos roba el gatillo fácil.
Me pareció haber visto un buzo gap en los pasillos de tribunales. Me pareció haber sentido ese perfume que ya no tiene piel donde impregnarse. Correteando por ahí sentí una pelota que rebotaba como si el piso fuera barro. Yo al lado de los papeles que con el dedo mojado con baba corría esas hojas de mentiras, entendí que ibas a tardar más de lo común. Y pensaba que a esta altura los pobres estamos cansados de tener que lidiar con la justicia. Vi un reflejo al lado de las escaleras y sentí que hasta gritaban tu nombre. Pero yo gritaba por dentro. A qué le tiene miedo? Me dice la señora de traje, y la mire con desprecio de tanto que me empezaron a arder los ojos. En ese momento ardí. (Fragmentos de un poema para Sandra, la entrevistada. Por Santi)
Sandra Sarandon vive en Laboulaye y es madre de Álvaro Sarandon. En la madrugada del viernes 8 de febrero de 2013, mientras volvía para su casa, Álvaro observó un allanamiento que estaban realizando en una vivienda vecina de donde él estaba, se asustó y empezó a correr. Mientras corría, fue perseguido dos cuadras por trece policías que, sin motivo alguno, dispararon 13 veces ocasionándole la muerte.
Después de varias investigaciones y lucha por parte de la familia se llegó a juicio en la localidad con un único imputado, Maximiliano Celi, quien fue liberado y reintegrado a las fuerzas policiales junto con los otros doce policías investigados. Muchos ascendieron de su cargo.
Sin respuesta alguna y con varios aprietes por parte de la policía hacia la familia, la causa se llevó a los tribunales de Rio Cuarto. En los primeros meses del año pasado, la causa no tuvo fecha por la pandemia y la que fue programada para este año, fue cancelada tras maniobras por parte del asesino de Álvaro. En la actualidad no hay fecha programada para el juicio.
Sandra hace ocho años que exige justicia por su hijo y se une también a la lucha en una guerra histórica que empezó la policía, pero que sabemos que la vamos a terminar nosotres, hasta que se deje de matar a nuestes pibis con total impunidad.
– ¿Cómo describís estos ocho años?
– Y, son ocho años de lucha, ocho años de manoseo porque yo digo es un total manoseo, ocho años que no puedo saber lo sucedido esa noche, ocho años que no hay culpable. Yo soy madre sola de 7 hijos, Álvaro era mi primer hijo varón y cursaba en cuarto año de la secundaria. Yo soy empleada doméstica y hace ocho años que sigo peleándola con un corazón partido, porque después de que pasa esto te parten la vida. Una trata de reconstruirse un poco por los otros hijos que le quedan ¿no? Pero hay una ley de vida que rompieron y es que mis hijos me entierren a mi y no yo a ellos. En estos años pase por un montón de procesos sola, psicológicos, de depresión, gritas y gritas y pareciera que nadie te escucha. Pero una aprende a hacerse fuerte con esa herida y batallar.
– ¿Cómo fue esa noche?
– Mi hijo sale de mi casa a las diez de la noche, me dijo “ma, yo a las tres de la mañana vuelvo, si no vengo para las tres me quedo a dormir en la casa de mi amigo”. Nunca me avisaron nada a mí, yo salgo al otro día y toda la gente me miraba, la policía nunca me avisó lo que pasó. Lo empiezo a buscar, de ahí me voy al hospital y de ahí a la morgue, cuando llego, la policía había hecho un cordón y me impedían verlo, yo nunca reconocí el cuerpo de mi hijo, de ahí lo trasladan a las once de la mañana y lo traen a las nueve de la noche y recién ahí pude ver a mi hijo.

– ¿Ya había recibido hostigamientos por parte de la policía?
– Si, muchas veces lo habían parado pidiéndole la documentación, a que se dedicaba, a donde iba. El último tiempo la policía lo había hostigado muchísimo, ellos decían que era de rutina y una como madre les dice que se queden tranquilos, que agachen la cabeza, que no quiero problemas con la policía y si pasa algo, si tienen miedo, corre a casa. Y esa noche él hizo eso, esa noche corrió porque tenía miedo.
– ¿La familia sigue recibiendo hostigamientos?
– Desde el minuto cero de lo que pasó nos empiezan a violentar, golpearon a mis hijos cuando fueron a hacer los mandados. Y en varias oportunidades hice las denuncias, es más, en varias notas me han citado por denuncias públicas que he hecho.
– ¿Cuál es la situación hoy de la causa en Río Cuarto?
– Cuando queda en la nada yo apelo en Laboulaye y la causa se la manda a Córdoba, de ahí la envían a Río Cuarto y después de 6 años nos dan la fecha pero la defensa apela que el jurado popular vaya al pueblo y vea dónde sucedió el hecho. Nos dieron fecha para el 5 de Abril, fuimos, supuestamente empezaba el juicio y le dieron lugar a algo que podrían haber hecho todos estos años. Esto (que están haciendo) es dilatar el tiempo para que nos dé en contra.

Según la CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) en la gestión de Alberto Fernández se registran 411 casos de asesinatos por parte de la policía. Estos ocurrieron entre el 10 de diciembre de 2019 y el 19 de noviembre de 2020.
348 de los casos ocurrieron después del inicio de la cuarentena y los 63 restantes de ellos entre el 10 de diciembre del 2019 y el 19 de marzo del 2020.
Sumándose además más de 50 asesinatos en este año y desapariciones como la de Tehuel de la Torre, que sigue sin aparecer.

– ¿Crees que esto se ve en otros casos y personas?
– Para mí, siempre dije y digo, el policía se pone el uniforme y cree que los pibes tienen que hacer lo que ellos dicen y esto es como si estuviéramos en aquellos años terroríficos de dictadura. Los chicos salen a la calle, ellos los cascotean y si no los pueden parar les tiran un balazo. Yo creo que la policía tiene que tener otra formación, porque esta policía sale a matar. Y si no lo hace la seguridad la construimos entre nosotros que es lo que venimos haciendo en diferentes colectivos, cuidarnos de ellos.
– ¿Cómo era Álvaro?
– Una persona maravillosa, un pibe que tenía sueños, te digo soy una madre sola trabajadora y su sueño era ser alguien, tener un título. Era un chico muy compañero, estudiaba, trabajaba y tenía muchos proyectos, siempre con buenas notas en el colegio. Te vuelvo a decir, una persona maravillosa.
Y ahí encontré mi herramienta más factible. Me ardí en furia. Me ardí junto a las otras compañeras. Me ardí en cascotes que lance cuando no se escucha mas el nombre de les que no están. Me ardí en cariño para levantar y poner mis manos a disposición de lo que venga. Me ardí y me volví negra de las tantas patadas que recibí. Esa negra que le gritan negra de mierda. Y hoy soy esa negra de bruja, de poder y de fuego. Me ardí, me encendí y encontré allí mi resistencia más fuerte. La lucha.

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